De alguna manera logré llegar a mi destino, indemne y agotado. A lo lejos veo mi origen, ese punto brillante distante de mis pies, remoto de mis futuros e inmediatos pensamientos. Y tu me contemplas, con tus ojos verdes y mirada lejana. Allí en el pantano, brillando bajo la luz de la luna, me sonríes y croas de nuevo.