Recorrido 1
Inútil veo como inútiles barras de metal, uniformemente dispuestas, decoran inútilmente un inútil callejón. De impecable manufactura, alguna vez diseñadas con un utilitario fin, solo son ahora hogar del óxido y uno de los monumentos a la indiferencia.
Así comenzó su viaje al final del día por la blanca ciudad. Impaciente, mas no desesperado, aguardó alguna señal, pero solo vio el vuelo de las aves bajo el naranja celestial. Esperó, algo intranquilo, el momento en que a lo lejos divisara la inconfundible silueta de ella, viniendo hacia el, mirándolo, pasando de largo, dejándolo atrás, siempre recordándolo.
La fría roca no incomoda, el húmedo prado no entumece, el negro de la noche no enceguece, la brisa implacable no deshace, el rojo matiz de las nubes me conmueve.
La inspiración hecha palabra agota el arte creador. Mis sentidos son tan limitados que no logro divisar toda la armonía que encierra (y hasta desborda) este ínfimo instante. Mi débil memoria me ata a un mundo tan presente, tan actual y momentáneo, que las sombras del pasado son solo eso: sombras. Aun así, luego de vagar por este lugar, congelado, aturdido, aburrido, y algo motivado, pienso en toda la belleza que almacenas y que aun no he podido admirar.